24 noviembre 2007

 

Demasiadas concesiones.

Juan Antonio Alonso advierte de las consecuencias de prestar ayuda militar a un débil presidente de la Autoridad Palestina, material que puede acabar en manos de los terroristas islamopalestinos y utilizado contra el propio Israel. Así mismo duda de la verdadera voluntad de Mahmmoud Abbas a la hora de las negociaciones.

Desde hace meses, sobre todo desde la toma de Gaza por parte de Hamas, la ANP no ha hecho más que recibir todo tipo de prestaciones por parte de Israel. Liberación de soldados, dinero constante y sonante por parte de EEUU, entrega de armamento como fusiles y 25 vehículos acorazados rusos esta misma semana. Olmert ha dicho que estos vehículos sólo tienen una capacidad puramente defensiva por lo que no es de preocupar. Pero cuanta mayor sea la capacidad defensiva palestina, más costará derrocarlos en una hipotética confrontación. Sencillamente si el enemigo tiene instrumentos que los haga fuertes, más recursos deberán aportar las fuerzas israelíes, perdiendo tiempo y haciéndolos más vulnerables a los ataques terroristas. De hecho el Ejército y los servicios de inteligencia ya se han mostrado recelosos y con reservas, temiendo que todas estas armas puedan caer en manos terroristas.

Pero todas esas concesiones palidecen frente a lo que se avecina: la posibilidad de la creación del Estado Palestino más pronto que tarde; una solución bastante atropellada, por el miedo a la expansión islamista de Hamas, si no se toman las garantías oportunas como la limitación de adquisición de armamento o impedimento de la creación de un Ejército palestino, fronteras seguras para los israelíes aun con un conveniente trueque de tierras, el no retorno masivo de los refugiados palestinos fruto de las guerras lanzadas por los árabes, etc.

Siempre se ha advertido la voluntad de Israel de cara a la dura negociación, cosa que no se puede decir lo mismo de la parte contraria. En los próximos meses, y más cercanamente con la conferencia de Anápolis, iremos viendo la verdadera voluntad del líder de la ANP. Veremos si verdaderamente puede colaborar como un gran estadista o si se queda en una burda imitación del "maestro" Arafat.

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