09 octubre 2007

 

El derecho a existir.

Las nuevas declaraciones del dictador islamofascista Ahmadineyad exhortando al pueblo de Israel a trasladarse a los amplios territorios de Alaska y Canadá, no hacen sino corroborar el peligro que supone este enloquecido facineroso, máximo representante antisemita contra un pueblo que tiene todo el derecho y la legitimidad de existir como nación propia e independiente.

Una vez más asistimos a las provocaciones más antisemitas que se han conocido desde los tiempos de Adolf Hitler, que creíamos recalcitrantes y anacrónicas. No es ese el caso del mundo islámico, donde el odio hacia América e Israel es algo de uso cotidiano por esos lares depositarios de tanto odio.

El presidente iraní ha dicho que Israel debería buscar emplazamiento para su establecimiento lejos de Palestina, que contrariamente a la lógica izquierdista no le pertenece por entero a los palestinos por más que el gentilicio lleve al profano o al malintencionado a hacer este tipo de manifestaciones.

Más allá de poner fin a la excusa de los dirigentes y clérigos más radicales, aquello de lo que gracias a ello viven, su leitmotiv, su razón de ser se extinguiría al haber desaparecido el chivo expiatorio por excelencia de la humanidad: los judíos.

Los judíos merecen de sobra una patria; son la cuna de la civilización judeo-cristiana-liberal del mundo occidental, su importancia en la Historia de la Humanidad es tal que no se puede entender el cristianismo sin ellos, y uno de ellos pertenecía a ese pueblo, nada más y nada menos que el Dios hecho carne del cristianismo: Jesucristo.

Durante mucho tiempo fueron, en cierta forma, apátridas. Hoy poseen un Estado podemos decir confesional por lo que representan la religión, la historia y las costumbres del pueblo judío, que no teocrático, donde cabe la sana laicidad que no el laicismo; un Estado moderno con separación de poderes, y un estado legítimo que tendrá todo el derecho del mundo a defenderse si su soberanía y ciudadanos son atacados.

Tal vez a quien deberíamos expulsar hacia las tierras de Alaska o Canadá es al propio Ahmadineyad para ver si se le enfría un poco su ciega pasión antisemita acompañado de revisionistas-negacionistas como Noam Chomsky.

Comments:
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Creo que seria mas practico trasladar a Mahmoud al paraiso.

Insh'allh.
 
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El insulto es un buen refugio para quien no tiene argumentos. Una pequeña lección de historia enseñaría a muchos judeófobos voluntarios e involuntarios que fueron los judíos los que sufrieron el embiste asesino de los árabes en 1948, sin hablar de las matanzas que perpretaron antes por supuesto. "Hay que echar a los judíos al mar", bonita convivencia no?. Ese es vuestro discurso. Los judíos llevan viviendo en la tierra de Israel desde siempre, y de manera más significativa desde mediados del siglo XIX, reviviendo una cultura, agricultura, industria y dando trabajo a campesinos muertos de hambre que escupían en esa tierra que no significó nada para ellos nunca hasta que los "jodíos", como cariñosamente les llama Ruby Marmolejo Sociedad Anónima, reclamaron su derecho a un trocito de esa tierra, algo a lo que los árabes se negaron, ya que todo territorio que haya estado en manos del Islam (no de "Palestina", sino del ISLAM) debe seguir siendo del Islam siempre. Palestina NUNCA fue un Estado. La cultura "palestina" fue algo iniciativa de los judíos. El PAlestinian Post lo fundaron los judíos. Eran los que innovaban en el país. En cuanto a las casas, si un enemigo te agrede y quiere destruirte es normal que durante la guerra de la independencia hubiera expulsiones ( sin contar con los árabes que se largarn por su cuenta debido a la propaganda de la Liga). En cuanto al resto, no nos cuentes cuentos, maldita racista, los árabes de Israel tienen los MISMOS derechos que los judíos. El problema es con los PALESTINOS, no con los ÁRABES israelíes, que en mas de una ocasión se negaron a abandonar Israel para un futuro estado palestino porque en Israel tenían una VIDA asegurada. Quiero yo veros, que tanto os gusta criticar a Israel, como enseñan a lo niños palestinos a matar sus medios y su cultura. Varias generaciones con solo ODIO para enseñarles. Eso no importa porque no sale en la tele verdad? Todas las mentiras con las que han crecido los palestinos, toda la barbarie, ignorando las que cometieron ellos y su intolerancia sanginaria.

Ya estoy harto de tanto fascismo por parte de la gente BIEN pro-palestina, que se desgañita en defender a una sociedad retrógrada, machista y racista; dando palmadas cual foca de circo ante gente que celebra que mil pedazos de judíos saltasen en una pizzería y que dibujen murales por ello. Mientras que una sociedad con libertades, mucho antes que España por cierto, merezca todos los reproches. Que triste, Dios mío, que triste.
 
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Las tierras de los judíos de la época del pionerismo fueron compradas legalmente. Los árabes hicieron negocio entonces, vendiendoles tierras que para poco valían...y míralas ahora. El robo de tierras, tal y como los revisionistas lo presentais, no es más que una sucia mentira. Gracias por tus insultos y por tus calificativo, bactrio, nos ayudas a reafirmarnos en nuestras posiciones. Por cierto, a mi no me das asco, pero si vergüenza.
 
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tails,estoyy totalmente deacuerdo contigo, hay mucha ignorancia en este tema de oriente medio, en el que todo el mundo habla, sin conocimiento, simplemente por lo que escucha y lee de esta prensa progre que tenemos
 
Gracias señor presidente Ahmadineyad

El que usted nos ama y se desvive por el bienestar del pueblo judío no es ningún secreto, señor Presidente.

Cada vez que pronuncia un discurso, nos menciona, recuerda nuestros sufrimientos y hasta se toma la libertad de idear recursos para ayudarnos a terminar con ellos (aunque debo reconocer que a veces esos recursos son un poco drásticos).

Muchas veces sugirió que nuestro pequeño país debía trasladarse a lugares más agradables, tanto en lo climático como en la cantidad de recursos naturales.

Pero realmente, mi querido Mahmoud (permítame que lo llame por su nombre, pues es con cariño), sus últimas declaraciones con respecto al traslado de Israel a Alaska o Canadá, superan ampliamente a otras demostraciones del amor que tiene hacia nosotros.

Canadá, con sus lagos, sus tierras fértiles, sus ríos, sus recursos mineros (es cierto que en invierno el clima es un poco crudo, pero los veranos compensan con creces ese rigor, pues son agradables y templados y no como el poco variado clima del lugar en que estamos ahora: calor y lluvia en invierno, calor y calor en verano).

Y lo mismo se puede decir de Alaska, con el agregado de su riqueza petrolífera (el petróleo es algo inexistente en donde nos encontramos).

Pero, y siempre hay un pero, parece que la tan mentada “inteligencia judía” es un mito, pues en lugar de aceptar su oferta, somos tan tontos que preferimos quedarnos en nuestro pequeño desierto.

Rechazamos el vivir con holgura en las enormes praderas canadienses y preferimos vivir apiñados en nuestras ciudades (¡Que asco! Todos amontonados, soportando los gritos del vecino de arriba y el olor a ajo del vecino de al lado).

Rechazamos los grandes recursos naturales de Alaska porque preferimos sufrir por la carencia de los mismos.

Pero, para que su almita pura y noble no se sienta acongojada, le propongo algo para beneficiar a otro pueblo que también sufre: ¡TRASLADEMOS A LOS PALESTINOS A ALASKA O CANADA! Allí podrán construir su estado dejando de lado las rivalidades: Una parte para Hamas, otra para Fataj, otra para Hizbollah. Cada grupo se haría cargo de una provincia y… ¡Basta de guerra civil! Con todo el territorio que tendrían, hasta podrían hacerle un lugarcito a usted y a sus seguidores para establecer una nueva República Islámica (además estaría más cerca de esos próceres latinoamericanos, Chávez, Morales y Castro, adalides de los pueblos oprimidos y libertadores de medio continente).

Es más, podría reunir un grupo de historiadores palestinos, y ellos, con su gran habilidad para tergiversar… perdón… para investigar la historia, hasta pueden descubrir que los algonquinos, hurones, iroqueses, salísh y atapascos de Canadá, o los aleutianos, inuit, nesilik, nunivak y yupik de Alaska, son en realidad los antepasados de los palestinos que fueron despojados de sus tierras ancestrales y se vieron forzados a emigrar a Medio Oriente. Y que la Ciudad Santa desde la cual Mahoma se elevó al cielo, no es esa vieja ciudad de Jerusalén, tan anticuada ella, sino la moderna Montreal.

Realmente mi querido Mahmoud me da pena el frustrar sus buenas intenciones, pero que le vamos a hacer, así somos los judíos, nos aferramos a ese trocito de tierra sin valor como si fuera el Jardín del Edén y rechazamos los paraísos terrenales que nos ofrecen personas tan bienintencionadas como usted.

Hágame caso, ofrézcale esos lugares a los palestinos, ellos, con tal de inventar… digo fundar su estado, aceptarían cualquier cosa.

El problema (aunque se que usted puede solucionarlo con un par de bombas nucleares de las que está fabricando o mandando a algunos de sus amigos a detonarse) es si los canadienses o los estadounidenses van a aceptar que en sus territorios se funde tal estado.

Otra vez muchas gracias Señor Presidente Ahmadinedjad, ¡Y QUE SIGAN LOS EXITOS!
 
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