22 agosto 2007
Mahmoud "el economista".
Caroline B. Glick expone el descalabro económico al que ha llevado a Irán el dictador islamofascista Ahmadineyad, y la necesidad de tomar medidas para impedir que una peligrosa dictadura islámica consiga armas nucleares.
La mala gestión económica de Ahmadineyad, que incluye disuadir la inversión internacional mediante la desestabilización política de la región mediante su retórica belicosa y su frenético impulso al programa de armamento nuclear de Irán y apoyo a la yihad global, le ha valido el oprobio de la élite intelectual de Irán. En junio, 57 economistas iraníes firmaban una carta abierta condenando las políticas de Ahmadineyad y acusándole de "ignorar los principios básicos de la economía". Los economistas advertían de que "la mala gestión gubernamental se está cobrando un precio enorme en la economía y contribuye a que los elevados ingresos petroleros de los dos últimos años solamente puedan retrasar la inminente crisis económica".
Está claro que aunque el fracaso económico de Irán es un avance positivo que debería ser explotado y aprovechado, por sí solo no es ninguna indicación de que la amenaza de Irán a la seguridad global se esté debilitando. Para evitar que Irán adquiera armas nucleares y amenace al mundo a largo plazo, además de fomentar su fracaso económico se deben tomar políticas militares encaminadas a destruir sus instalaciones nucleares y políticas encaminadas a garantizar que el próximo régimen de Irán sea mejor que el actual.