18 agosto 2007
¿A la iglesia o a la mezquita?
El periódico español ABC editorializa sobre el estado de guerra que Hezbollah ha impuesto al Líbano en su lucha particular contra el Estado de Israel, con la ayuda de personajes como el ex general cristiano maronita Michel Aoun.
A estas alturas, el lector se preguntará lo mismo que la mayoría del pueblo libanés: ¿por qué el Estado libanés ha declarado la guerra a Israel, cuál fue la causa? ¿En que fecha el primer ministro Siniora declaró oficialmente la guerra a Israel? ¿Cómo es entonces que el Ejército libanés nunca ha combatido con Israel si la nación está en guerra contra ese Estado vecino? ¿Cómo es que solamente los fundamentalistas chiíes están defendiendo al país en esta guerra? ¿Dónde están todos los demás, los cristianos valerosos, los suníes nacionalistas, los drusos combativos y todas las otras comunidades religiosas que no están emprendiendo esta guerra contra el enemigo israelí codo con codo con los héroes del fundamentalismo chií? Si la nación está en guerra, ¿no debería la unidad libanesa demostrarlo? ¿No tendría que conducir el mismo general Michel Aoun un batallón de combatientes a alguna parte, a lo largo de la línea fuego? El mulá Hassán, feliz y gustosamente, pagaría miles de misiles y cohetes para lanzar a los israelíes. Entonces, ¿de qué «estado de guerra» habla Michel Aoun entre el Líbano e Israel?
Permítanme aclarar este estertor psicótico de forma sencilla y clara: «La guerra a la que refiere Aoun y sus socios chiíes renegados de Hizbolá se encuentra exclusivamente en sus mentes, su odio y sus servicios pagados por Damasco y Teherán».
Quizá el general «Napole-Aoun», como le gusta autoproclamarse en su paranoia y desequilibrio mental, desearía aconsejar a los obispos maronitas su conversión al Islam y a sus nuevos socios chiíes. Tal vez de esa manera los obispos cristianos tuvieran el derecho a opinar y participar en política que hoy Aoun sólo extiende al Islam y niega a la Iglesia Cristiana. Aunque curiosamente, Aoun «sí ve con buenos ojos que lo haga su aliado el mulá Nasrala», y ante eso mantiene un silencio hipócrita y sepulcral.
Si el general Aoun lo desea también podría indicarnos a los libaneses cristianos a dónde debemos ir, si a la iglesia una vez a la semana o a la mezquita cinco veces al día. Puede que Michel Aoun salga elegido presidente en noviembre. Tal vez salga elegido Líder Supremo de la Revolución.