24 julio 2007

 

A propósito del término "islamofascismo".

Manuel Pastor repasa la historia de las diferentes formas de totalitarismos, fascista, comunista e islamofascista.

En una información aparecida hace varios meses en el diario madrileño El Mundo y titulada "Aznar critica a la izquierda fascinada por el radicalismo islámico", podía leerse lo que sigue: "Aznar acuñó en su intervención una nueva expresión política, el islamofascismo, para designar a la ideología que mueve a los terroristas del 11 de Septiembre o a los que han sembrado de sangre las calles de Estambul, Bagdad o Afganistán". Evidentemente, la reportera estaba mal informada, porque la expresión no era nueva ni la había acuñado el referido ex presidente del Gobierno. Sólo en 2006 (la expresión, como veremos, es muy anterior), emplearon el término antes que Aznar el presidente George W. Bush, el 10 de agosto, y, ese mismo día, los periodistas de la Fox Sean Hannity, Alan Colmes y Bill O'Reilly; el escritor Norman Podhoretz, en su artículo "Unrepentant Neocon" (The Wall Street Journal, 12-13 de agosto); el senador demócrata por Wisconsin Russ Feingold (12 de septiembre), los contertulios del programa de Brit Hume en la Fox (13 de septiembre) o comentaristas como Jonah Goldberg y William Kristol). De hecho, la irrupción del tópico en los debates políticos norteamericanos obligó al filósofo Roger Scruton a escribir un brillante ensayo, "Islamofascism", que aparecería en las páginas del Wall Street Journal el 17 de agosto. Con posterioridad a Aznar, pero dudo mucho que inspirándose en él, emplearon el término, por ejemplo, Bernard-Henri Lévy y Michael Barone.

En el siglo XVIII, Edmund Burke percibió en la ideología jacobina y el Terror subsiguiente el primer experimento histórico de una "complete revolution". En el XIX, nuestro Donoso Cortés tuvo la visión apocalíptica de una revolución social profunda que generaría un "tirano gigantesco, colosal, universal, inmenso". Habría que esperar al siglo XX y a la revolución comunista en Rusia para presenciar la primera "revolución total" o "totalitaria" consolidarse como sistema de dominación, que a su vez inspiraría también al nazismo (nacional-socialismo) de Hitler: el materialismo económico sustituido por el materialismo zoológico, la lucha de clases por la lucha de razas.

Los fascismos y otras dictaduras, como la franquista en España, nunca superarían, pese a los excesos retóricos, el nivel de regímenes autoritarios. Sin embargo, la revolución de Jomeini en Irán inauguró la era de los nuevos totalitarismos islámicos. En mi opinión, el término islamofascismo, como todas las fabricaciones y tics propagandísticos del comunismo (socialfascismo, etcétera), es falaz y equívoco. La naturaleza totalitaria del radicalismo islámico es más parecida a la del nazismo o a la del propio comunismo. Como proponía la fórmula delirante de otro marxista francés, Roger Garaudy, vamos a la revolución con el Corán en una mano y El capital en la otra.

Comments:
El término islamofascismo no lo inventó ni Aznar ni Bush (no amigos, no se trata de "malos neocon"). Ya existía mucho antes. Y el concepto del islamofascismo o islamismo, es decir, el totalitarismo fundamentalista terrorista imperialista basado en interpretaciones fanáticas del Corán apareció en la década de 1920 cuando se creó en El Cairo la Hermandad Musulmana (la madre de todos los grupos terroristas musulmanes). En realidad el término más apropiado para definir esa doctrina es islamismo, pero también se la puede llamar islamofascismo debido al gran parecido que tiene el totalitarismo fascista con el totalitarismo islámico.

En fin, de la misma manera que se derrotaron a los fascismos y al comunismo, se derrotará al islamofascismo. La pregunta es: ¿cuántas vidas más deberán ser sacrificadas para que Occidente habra los ojos?
 
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