25 julio 2007
El Conflicto Fatah-Hamas: Raíces e implicaciones.
Menahem Milson, profesor de Literatura Árabe en la Universidad Hebrea de Jerusalén y presidente del Instituto de Investigación de Medios de Comunicación del Medio Oriente (MEMRI), realiza un extenso análisis sobre la guerra civil Fatah-Hamas, y su contexto global.
La toma de la Franja de Gaza por Hamas fue la culminación de dos procesos separados que comenzaron hace años. El primero es el resurgimiento del Islam como la base primaria de la identidad colectiva e individual en el Medio Oriente. Gaza, dónde la Hermandad Musulmana se ha implantado profundamente durante muchos años, la islamización ha sido especialmente de largo alcance. No sólo ha incluido el adoctrinamiento islamista en las mezquitas, sino que también ha ocurrido a través de una variedad amplia de servicios sociales - jardines de infancia, clínicas, bienestar a los pobres - todo provisto bajo la estandarte de la caridad islámica.
El segundo proceso fue la decadencia en el poder y el prestigio de la Autoridad Palestina y su principal cuerpo constitutivo, Fatah. Este proceso comenzó tan pronto cuanto Arafat estableció la AP en Gaza y en la Ribera Occidental. La OLP, y específicamente Fatah - la organización de Yasser Arafat y el principal cuerpo constitutivo de la OLP - no pudieron hacer la transición desde la fase de "lucha contra el enemigo sionista" a la fase de institución-edificación y gobierno. La corrupción y el liderazgo ineficaz en los territorios de la AP crearon un vació que fue llenado por Hamas. Aunque Hamas, como todos los grupos islamistas, rechaza la democracia como un asunto de principio, este se aprovechó de la oportunidad de participar en las elecciones al parlamento palestino (en enero del 2006) y ganó la mayoría de los escaños. Como consecuencia, Hamas formó un gobierno con Isma'il Haniyeh como primer ministro. Fatah, derrotado en las elecciones, se ha negado a regresar el poder (principalmente - los fondos públicos y el control de las fuerzas armadas) a Hamas. Los saudíes hicieron un esfuerzo por resolver la disputa en ser intermediarios entre los movimientos rivales (el acuerdo de la Meca de febrero pasado) - un acuerdo que obviamente no se ha mantenido.
Los dos bandos difieren grandemente en su percepción de la crisis: Hamas está convencido que Fatah ha estado intentando robarle legítimamente el mandato que ganó en las elecciones, mientras que Fatah siempre ha visto a Hamas como un rival mortal que cuestiona su propia legitimidad. Debería hacerse notar que Hamas se opuso y se opone a los Acuerdos de Oslo, o a cualquier otro tratado de paz con Israel; este está deseoso de considerar sólo el cese de hostilidades temporales. La paradoja es que Hamas tiene la voluntad de participar en la Autoridad Palestina mientras se niega a aceptar la legitimidad de sus bases en los Acuerdos de Oslo. Esto puede explicarse por la esperanza de Hamas de que será capaz, a tiempo, de tomar el control de toda la AP y cambiar su naturaleza.