31 enero 2007
"Por qué hay que defender a Israel".
En un artículo titulado "Por qué hay que defender a Israel", publicado en el diario Il Messaggero, el ex presidente de España José María Aznar, señala que invocar la destrucción de los israelíes, como ha hecho el dictador fascista iraní, Mahmmoud Ahmadineyad, no debe quedar impune. He intentado traducir las partes más importantes del texto original en italiano lo mejor posible.
Hubo una época en la cual la izquierda, especialmente la europea, miraba con profunda admiración la existencia del Estado de Israel. Por una lado se trataba de reparar una injusticia hist´rica provocada por el nazismo y por otro, estaba el romanticismo del Kibbutz, que en pleno desierto crearon el principio d un socialismo igualitario. Pero la admiración muy pronto desapareció cuando Israel fue forzado a defenderse de sus propios vecinos, lanzando un ataque preventivo contra ellos en la guerra de los seis días.
La izquierda vio en los palestinos un protagonista revolucionario de su historia y a Israel como un apéndice de los Estados Unidos. El antiamericanismo visceral terminó por confundirse con la aversión hacia el Estado de Israel. Hoy, de hecho, ser antiamericano y antisemita es prácticamente lo mismo.
La izquierda no puede admitir que en el mundo hay hoy personajes políticos que hablan abierta y sinceramente de sus objetivos prioritarios. Uno ha sido Hitler, que expresó de manera inequivoca su plan de acción en su famoso Mein Kampf, aunque nadie le prestó atención en aquel momento. El otro es Bin Laden, al que el mundo no creyó cuando declaró unilateralmente la guerra contra América y continúa sin creer cuando sigue declarando su intención de acabar con el mundo occidental y establecer un nuevo califato.
Mi buen amigo Bibi [Benjamin] Netanyahu ha lanzado una iniciativa que merece tenerse en cuenta: acusar al presidente iraní de incitación al genocidio. No es una broma. Es imprescindible que los líderes y los ayatolás iraníes sepan que tienen que respetar las reglas, en caso contrario deberemos asumir las consecuencias. Son muchos los que prefieren no hacer caso a las amenazas de Ahmadineyad y no se dan cuenta del gravísimo error que están cometiendo.
Debemos darnos cuenta de que invocar la destrucción de Israel, tal y como ha hecho el presidente iraní, no debe quedar impune pues si las palabras de hoy no tienen una respuesta fuerte, de sólo intenciones se transformarán en una dura realidad. ¿Qué podrán pensar de nuestro silencio los enemigos de Israel? Sólo una cosa, es decir, que Israel está hoy más solo que nunca y como consecuencia más débil. Cada vez que damos muestras de debilidad, nuestros enemigos se hacen más fuertes.
Israel está sometido hoy a demasiadas amenazas, desde los palestinos a los terroristas suicidas, desde Hezbollah hasta Al Qaeda, pasando por el fundamentalismo iraní. Todos ellos tienen algo en común: El antioocidentalismo. Ahmadineyad no piensa en el destino del pueblo palestino cuando profiere sus amenazas sino en el islam y en América, el Gran Satanás. Piensa en Israel como el enemigo occidental a sus puertas.
Por esto es importante defender a Israel. Porque es una nación plenamente occidental y su desaparición significaría la pérdida de nuestra posición en este área del mundo y, con toda probabilidad, el inicio de un ataque contra nosotros. Abandonar Israel a su propia suerte equivaldría a cerrar los ojos ante los vínculos morales, políticos, económicos, culturales, históricos y estratégicos que nos unen.
# posted by Daniel @ 10:31 p. m. 
Comments:
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Bueno, hay que estar al lado del estado democrático y en contra del terrorismo por convicciones, no porque podamos ser objeto de un ataque. Saludos.
Desde un punto de vista neutral lo que indigna es la pérdida de sentido y dirección, so pretexto entre ser defensor de la democracia, para convertirse en un pais terrorista "de etiqueta", lo que ha sucedido con Israel y EEUU, que no lejos de ser paises admirables en muchos sentidos, hay muchos más muertos palestinos que israelies, muchos más iraquíes y afganos que norteamericanos, es cuestión de sentido común notar que el límite entre el prevenirse del terrorismo a convertirse en un terrorista más, queda cada más indefinido. Por favor comentarios de personas sesudas y neutrales que no sean ovejas de propaganda antisemita o antimusulmana o antinorteamericana los aceptaré con agrado.
Danilo
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Danilo
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