20 enero 2007
La Filmoteca de Andalucía apuesta por el cine israelí.
La Filmoteca de Andalucía dedica este mes un ciclo a producciones recientes de la cinematografía israelí, que comienzó ayer con la última película de Amos Gitai, Zona libre.
El recorrido que ofrece la Filmoteca de Andalucía por cinematografías poco conocidas para el espectador nos lleva a partir de hoy hasta Israel para conocer algo más de su producción, un proyecto que cuenta con el apoyo de la Embajada israelí.
Este mes, para comenzar el recorrido, se proyecta Zona libre (el martes 23 a las 18.00 h.), última película del reputado Amos Gitai y protagonizada por Natalie Portman. El director israelí sumerge al espectador en varias situaciones personales que tienen como telón de fondo las tensiones habituales en Israel. Por otro lado, está programada Afula express (jueves 25 a las 21.00 h. y martes 30 a las 18.00 h.), que aborda el género de la comedia romántica a través de un electricista que pretende convertirse en mago con la ayuda de su novia tras viajar a una gran ciudad.
Desde sus mismos comienzos, el cine israelí se ha preocupado por cuestiones propias de una sociedad sitiada. La cinematografía israelí es, de hecho, mucho más compleja y variada y cubre toda una gama de cuestiones que han evolucionado durante sus cincuenta años de vida. Durante la pasada década de los 90, los directores israelíes apuntaron sus cámaras a historias de amor, de familia, pérdidas y relaciones humanas, así como cuestiones sociales como drogradicción y pobreza, feminismo y homosexualidad, asimilación étnica y educación.
Para tener una visión completa de la situación del séptimo arte en Israel, es preciso repasar momentos de su historia y establecer una diferenciación entre cine rodado y producido en Israel y el cine judío. En este último caso, podrían acabar considerándose israelíes también las sofisticadas y caras producciones de Steven Spielberg, fundadas y gestionadas por personas de origen hebreo. Por ello, habrá que centrarse en el primer caso sin obviar el segundo, que es lugar de paso inevitable debido a la diáspora, mayor antes de la independencia de Israel en 1948.
Es a finales de los 40 cuando se comienza a hablar de un cine propiamente israelí, ya que, anteriormente, las producciones habían estado vinculadas a pioneros cuya obra, en parte, está siendo recuperada gracias al Archivo de Cine Judío Steven Spielberg, constituido como el mayor depósito mundial sobre el cine de esta comunidad. Artistas como Baruch Agadati o Yaacov Ben Dov son algunos de esos primerizos.
Entre 1948 y 1961 surge el Realismo Sionista , una suerte de género casi propagandístico emparentado con la literaria Generación de Palmaj. Así, dentro de un nacionalismo difuminado con un mensaje destinado a la participación económica, se ponía en escena el resurgimiento del Estado de Israel y los avatares del sionismo. No en vano, la reducción de la diáspora permitió la llegada a Israel de profesionales del séptimo arte durante los 50.
Hoy en día, las temáticas se diversifican. Si en los 90, los guiones se abrieron a las relaciones humanas, aparece también una veta comercial que entronca con géneros híbridos como el thriller o la comedia de acción. También surgen sátiras político-religiosas como La vida conforme a Agfa (2004), de Assi Dayan, considerado enfant terrible del cine israelí. En el lado contrario está el documental, que sigue por derroteros políticos, pero del que ha partido la figura internacional Amos Gitai, Promise land (2004) y Zona libre (2005). La diáspora también conduce a otra figura representativa, Eytan Fox, quien nació en Estados Unidos, pero que ha centrado su obra en el país de sus antepasados. Con Canción de la sirena (1994), Yossi y Jagger (2002) y Caminar sobre las aguas (2004) ha consolidado su carrera.
El recorrido que ofrece la Filmoteca de Andalucía por cinematografías poco conocidas para el espectador nos lleva a partir de hoy hasta Israel para conocer algo más de su producción, un proyecto que cuenta con el apoyo de la Embajada israelí.
Este mes, para comenzar el recorrido, se proyecta Zona libre (el martes 23 a las 18.00 h.), última película del reputado Amos Gitai y protagonizada por Natalie Portman. El director israelí sumerge al espectador en varias situaciones personales que tienen como telón de fondo las tensiones habituales en Israel. Por otro lado, está programada Afula express (jueves 25 a las 21.00 h. y martes 30 a las 18.00 h.), que aborda el género de la comedia romántica a través de un electricista que pretende convertirse en mago con la ayuda de su novia tras viajar a una gran ciudad.
Desde sus mismos comienzos, el cine israelí se ha preocupado por cuestiones propias de una sociedad sitiada. La cinematografía israelí es, de hecho, mucho más compleja y variada y cubre toda una gama de cuestiones que han evolucionado durante sus cincuenta años de vida. Durante la pasada década de los 90, los directores israelíes apuntaron sus cámaras a historias de amor, de familia, pérdidas y relaciones humanas, así como cuestiones sociales como drogradicción y pobreza, feminismo y homosexualidad, asimilación étnica y educación.
Para tener una visión completa de la situación del séptimo arte en Israel, es preciso repasar momentos de su historia y establecer una diferenciación entre cine rodado y producido en Israel y el cine judío. En este último caso, podrían acabar considerándose israelíes también las sofisticadas y caras producciones de Steven Spielberg, fundadas y gestionadas por personas de origen hebreo. Por ello, habrá que centrarse en el primer caso sin obviar el segundo, que es lugar de paso inevitable debido a la diáspora, mayor antes de la independencia de Israel en 1948.
Es a finales de los 40 cuando se comienza a hablar de un cine propiamente israelí, ya que, anteriormente, las producciones habían estado vinculadas a pioneros cuya obra, en parte, está siendo recuperada gracias al Archivo de Cine Judío Steven Spielberg, constituido como el mayor depósito mundial sobre el cine de esta comunidad. Artistas como Baruch Agadati o Yaacov Ben Dov son algunos de esos primerizos.
Entre 1948 y 1961 surge el Realismo Sionista , una suerte de género casi propagandístico emparentado con la literaria Generación de Palmaj. Así, dentro de un nacionalismo difuminado con un mensaje destinado a la participación económica, se ponía en escena el resurgimiento del Estado de Israel y los avatares del sionismo. No en vano, la reducción de la diáspora permitió la llegada a Israel de profesionales del séptimo arte durante los 50.
Hoy en día, las temáticas se diversifican. Si en los 90, los guiones se abrieron a las relaciones humanas, aparece también una veta comercial que entronca con géneros híbridos como el thriller o la comedia de acción. También surgen sátiras político-religiosas como La vida conforme a Agfa (2004), de Assi Dayan, considerado enfant terrible del cine israelí. En el lado contrario está el documental, que sigue por derroteros políticos, pero del que ha partido la figura internacional Amos Gitai, Promise land (2004) y Zona libre (2005). La diáspora también conduce a otra figura representativa, Eytan Fox, quien nació en Estados Unidos, pero que ha centrado su obra en el país de sus antepasados. Con Canción de la sirena (1994), Yossi y Jagger (2002) y Caminar sobre las aguas (2004) ha consolidado su carrera.
# posted by Daniel @ 5:50 p. m. 
Comments:
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Un alto cargo de la Consejería de Cultura, del cual prometo aveirguar el nombre porque ahora mismo no me acuerdo, es muy projudío...Por eso en la Filmoteca se hacen estos ciclos...
Shalom
Shalom
Trafico de influencias? Si por favor, informarnos tabien sobre delitos, gracias.
# posted by 
: 3:51 p. m.
: 3:51 p. m.
acabo de poner a bajar Afula express y Zona Libre en el emule. Caminar sobre las aguas sí la he visto y me gustó bastante.
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