27 noviembre 2006

 

Crónica de la guerra del Yom Kippur.


Acabo de terminar de leer el libro "Guerra a las dos en punto: Crisis nuclear en la guerra árabe-israelí de 1973" de Walter J. Boyne, recomendable para conocer todo lo que aconteció durante la guerra de agresión que lanzaron Egipto y Siria contra Israel.

El 6 de octubre de 1973, Yom Kippur, el día más santo del calendario judío, Egipto y Siria lanzaron un cobarde ataque coordinado contra Israel. El equivalente de las fuerzas totales de la OTAN en Europa se movilizó sobre las fronteras de Israel. En los Altos del Golán 180 tanques israelíes se enfrentaron a la embestida de 1.400 tanques sirios. A lo largo del canal de Suez, menos de 500 defensores israelíes fueron atacados por 80.000 egipcios. Puesto a la defensiva durante los primeros dos días de combate, Israel movilizó sus reservas y finalmente rechazó a los invasores y llevó la guerra casi hasta Damasco y El Cairo. Dos semanas después, Egipto fue salvado de una desastrosa derrota por el Consejo de Seguridad de la ONU, que había dejado de actuar mientras la marea estuvo a favor de los árabes. El 22 de octubre, el Consejo de Seguridad adoptó la Resolución 338 quepedía a "todas las partes que al presente combaten que cesen toda hostilidad y den por terminada toda actividad militar inmediatamente".

Guerra a las dos en punto es una crónica fascinante de una guerra que finalizó con la victoria aplastante de Israel gracias al sacrificio de un ejército, el Tzahal, formado por estudiantes, padres de familia, profesores, artistas y todo hombre y mujer capaz de ser movilizado, que se convirtieron en auténticos héroes. Fue una guerra que Israel nunca creyó posible. Sorprendida por el cobarde ataque árabe durante la mayor de las fiestas judías, se encontró de pronto a punto de perder el conflicto por falta de munición, de aviones y de tanques, mientras que los atacantes eran reabastecidos por la Unión Soviética.

Comments:
publica la editorial. daniel, agur
 
Los judíos han vivido inmersos en el mundo islámico durante siglos del que se han aprovechado de su explendor y florecimiento cultural y científico -especialmente en Al-Andalus, Oriente Medio y Turquía- y por el que fueron defendido de los ataques genocidas de los diversos reinos cristianos, bien poco dispuestos a la tolerancia y a la ciencia por causa de su propia religión. Finalmente, algunos de estos judíos, amparados en la holgazana practica de la usura, han devuelto el favor a los musulmanes robandoles sus tierras y masacrandolos lentamente con la ayuda de sus nuevos aliados, los cristianos, a los que no perdonan sus viejas ofensas y a quienes lamentablemente la mayoría, empezando por la figura de Jesús y terminando por los cristianos alemanes, odian profundamente…
 
Por esto y por muchisimas otras cosas, pero especialmente por esto, me enorgullezco día a día de ser judío. Como dice Andrés AM ISRAEL JAI JAI JAI
 
ANÓNIMO DE LAS 11:54 = OTRO EURÁRABE
 
Anónimo: No merecés que te responda. Tu capacidad de análisis es tan limitada que me haces gracia.
 
Si no fuera por el alto al fuego IMPUESTO por la ONU, Israel en los días que siguieron a la guerra del Yom Kipur hubiese llegado hasta Damasco y El Cairo. Mientras la ventaja la tenían los árabes nadie decía nada, pero cuando los judíos les demostraron quien es el mas fuerte y les empezaron a dar una paliza, recién ahí la ONU clamó por "paz"... y así el ejército egipcio y sirio se salvó de su destrucción a manos del Tzahal.
 
El Tzahal seguramente debió haber tomado El Cairo y Damasco, haber hecho caso omiso de la ONU, a la que se vio el plumero claramente cuando la guerra empezó a ir mal para Egipto y Siria.

La guerra fue una demostración del poderío del Tzahal (pese al altísimo coste en bajas, 2.656 muertos), además no solo contra Egipto y Siria, que aparte del apoyo de la Unión Soviética contaron con el de Irak (que transfirió un escuadrón de aviones caza a Egipto y una división de unos 18.000 hombres y varios cientos de tanques en las Alturas del Golán), Arabia Saudí y Kuwait (entre los dos 3.000 soldados), Libia (aviones de combate y una subvención de 1.000 millones de dólares), aparte de Argelia, Túnez, Marruecos y Jordania (que también aportaron soldados y equipo bélico). El Líbano también permitió que terroristas palestinos bombardearan asentamientos civiles israelíes desde su territorio. Los palestinos lucharon en el frente sur junto con los egipcios y los kuwaitíes. Las monarquías corruptas del petrodólar de Arabia Saudí y Kuwait fueron el sostén económico de esta coalición.

No solo eso, sino que el Tzahal dio una lección de grandeza con los prisioneros árabes que capturó. Numerosos observadores reportaron que el tratamiento de Israel a los soldados capturados fue irreprochable. El representante de Amnistía Internacional declaró: «ellos han sido bien tratados…y parecen estar recibiendo la mejor asistencia médica posible».

Poco después de su liberación, el coronel sirio Atnon El-Kodar se quejó de haber sido maltratado por los médicos israelíes, acusándoles de que innecesariamente le habían amputado una pierna. Un periodista norteamericano, Ed de Fontaine, que había conocido a Kodar en un hospital israelí, pensaba que el coronel debía «tener muy mala memoria respecto a lo que se había hecho para salvarle la vida… Él me dijo que le debía la vida a [su] médico».

En contraste, los soldados israelíes capturados por tropas sirias y egipcias fueron maltratados. Después de rendirse, docenas de soldados israelíes fueron asesinados, otros fueron torturados en violación a la Convención de Ginebra sobre Prisioneros de Guerra. Según un informe presentado ante la Cruz Roja Internacional por el gobierno israelí el 8 de diciembre de 1973, las tropas israelíes descubrieron cadáveres de soldados israelíes en las Alturas de Golán, atados de manos y pies y con los ojos sacados. Habían sido ejecutados a quemarropa.

En el frente egipcio, según un informe presentado ante la Cruz Roja el 9 de diciembre de 1973, a los soldados israelíes no les fue mejor. Los soldados que se rindieron fueron apaleados, sujetos a flagelaciones, agresiones sexuales, quemaduras y hambre —y muchos fueron ejecutados. Después de la guerra, Siria rehusó durante meses proporcionar listas de prisioneros de guerra a Israel, la Cruz Roja o el secretario de Estado de EEUU Henry Kissinger.

El Sunday Times de Londres reportó que los oficiales sirios habían entregado prisioneros de guerra israelíes a los equipos de interrogación militar soviéticos. «Los interrogadores…han empleado técnicas médicas y de otras clases para quebrar la resistencia de los israelíes», decía el Times.

Clara muestra de la diferencia entre unos y otros.
 
mascota, perdon ano-nimo,

En el comentario de ephraim, esta la respuesta a tu comentario antisemita y nazi, espero encontrarte algún día...
 
Editorial Ariel.
 
Aún recuerdo como aquellos días hacía bromas con algún buen amigo diciendo que si no fuera por culpa de la "comunidad internacional" veriamos desde nuestra ciudad flamear las banderas israelíes al otro lado del Estrecho. je je je
¡¡¡Viva el Tzahal!!!
¡¡¡AM ISRAEL JAI!!!
 
DANIEL LO QUE TARDAS EN RESPONDER MIRA SI TE INVITO A CENAR SE ME ENFGRIA LA CORVINA A LA VASKA, JE,JE, PERO GRACIAS POR EL DATO, APUNTO Y BUSCARE EN BS AS ESTE LIBRO, AGUR
 
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