02 diciembre 2007

 

El fracaso de Annapolis.

Rio Negro editorializa sobre la cumbre de Annapolis pero no es tan optimista como la mayoría de los artículos escritos al respecto.

Desde hace muchos años los líderes sucesivos de Estados Unidos y los países de la Unión Europea dicen estar convencidos de que, para pacificar Medio Oriente, será necesario poner fin al conflicto entre Israel y sus vecinos árabes mediante la construcción de un Estado palestino viable gobernado por dirigentes dispuestos a respetar fronteras que no sean muy distintas de las actuales. El objetivo así supuesto sería razonable si para los líderes árabes y los iraníes la prioridad consistiera en poner fin a décadas de conflicto para que palestinos e israelíes pudieran convivir en paz pero, por desgracia, lo que tienen en mente es algo muy diferente.

La organización terrorista Hamas que manda en la Franja de Gaza, la dictadura siria y el régimen iraní, entre otros, no tratan de ocultar que lo que quieren es borrar Israel del mapa de Medio Oriente. Comparte sus sentimientos buena parte de la población del mundo musulmán, para la cual la mera existencia de un Estado judío en territorio antes gobernado por sus correligionarios constituye una afrenta intolerable que, desde su punto de vista, se ha visto agravada por el hecho de que, a pesar de las muchas dificultades que ha tenido que superar, Israel es por un margen insultante el país más poderoso, más rico, más avanzado, más creativo y, desde luego, más democrático de la región.

Es de prever pues que si, como parece probable, el "diálogo" que se reanudó en Annapolis resulta ser tan estéril como tantos otros que a través de los años se han iniciado, se intensificarán las presiones de Estados Unidos y la Unión Europea contra Israel para que ceda cada vez más en un intento vano por satisfacer a quienes carecen de interés en el ideal resumido por Olmert de "un Estado palestino pacífico, viable, fuerte, democrático y libre de terrorismo" que viva al lado de "un Estado de Israel judío, democrático, seguro y libre de la amenaza del terrorismo", ya que para ellos tal arreglo no es un fin en sí mismo sino a lo sumo un paso hacia la eliminación definitiva del "ente sionista".


En la misma línea de Rio Negro, Jonathan Schanzer, editor de la revista inFocus Quarterly y Asaf Romirowsky, miembro permanente del Middle East Forum y director de la oficina de Asuntos de Oriente Medio, vaticinan el declive del Primer Ministro israelí como resultado de esta inoportuna conferencia de paz.

Las recientes declaraciones del primer ministro en la cumbre de Annápolis solamente pueden verse como último esfuerzo desesperado por reanimar su mortecina presidencia. Tras manifestar una total falta de liderazgo durante la confrontación de Israel del verano pasado contra Hezbolá en el Líbano, son pocos los israelíes que tienen alguna confianza en su primer ministro. En la práctica tiene cifras de popularidad miserables (un máximo del 2% en las últimas encuestas), con los contrincantes políticos volando como aves de rapiña esperando el momento apropiado para saltar.

Olmert persigue ahora la paz con los palestinos a cualquier precio en una tentativa desesperada por asegurarse un lugar en la historia del mundo, sabiendo perfectamente bien que los libros israelíes de historia no van a ser amables. Esto encaja en una tendencia triste pero familiar, de otros primeros ministros israelíes controvertidos de la historia reciente.

Los comentarios recientes de Olmert acerca de dividir Jerusalén son una señal de que casi seguro, hay nuevas elecciones israelíes a la vuelta de la esquina. Al rechazar proceder discretamente, están poniendo en peligro la unidad de la capital de Israel en el preciso momento en que su momento en la historia toca a su fin.

Comments:
Para pacificar Oriente medio la UE y USA tienen que cortar el chorro de la ayuda humanitaria a Palestina. Mientras sea un negocio seguir siendo refugiados, no se van a interesar por tener un país propio.
Es vergonzozo que la UE diga que da ayuda humanitaria y los palestinos se gasten en cada tiro al aire mas de lo que cuesta con cada bala un cajon de tomates.
Pero nadie tiene interés que ésto acabe al igual que a muchos no les interesaba atacar antes a Hitler o bombardear Auschwitz.
 
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