02 noviembre 2007

 

Derechos y obligaciones.

Haim Misgav escribe acerca de la deslealtad por parte de la población árabe-israelí y propone que si estos rechazan asumir los deberes nacionales, deben ser privados de los derechos. Así mismo recuerda que el Estado de Israel es la garantía para que los judíos de todo el mundo tengan un refugio seguro al que acudir cuando se sientan amenazados.

Los árabes, poseedores de ciudadanía israelí plena, no quieren verdaderamente ser parte del Estado de Israel. Sus padres, aquellos que no abandonaron sus hogares durante nuestra Guerra de la Independencia, tomaron, sin duda, la decisión correcta. David Ben Gurión ordenó leyes de emergencia que incluyó un gobierno militar en las comunidades árabes, pero con los años cambió las cosas. En los años 60 fueron anuladas todas las prohibiciones y los árabes gozan hoy de todos las bondades del estado de bienestar judío, sin estar obligados a dar nada a cambio.

No niego, de ningún modo, el derecho de los árabes de luchar por todo aquello en lo que creen. Ellos no se sienten parte del devenir judío. Es posible que si yo fuera árabe en su situación, que no es nada simple, me comportaría como ellos. Sin embargo soy judío en un estado que declaró en su documento fundacional que está destinado a servir de hogar nacional para el pueblo judío, y que este estado se creó en este preciso lugar, donde los judíos tienen derechos históricos. No se creó ni en Uganda, ni en Argentina, sino aquí, justo en los lugares en los que predicaron los profetas de Israel hace miles de años en pos de los principios de justicia, moral e igualdad, mientras la mayoría de los pueblos del mundo todavía trepaba a los árboles. Ni los cristianos ni los musulmanes existían todavía.

Nosotros, los judíos no tenemos otro lugar. Este es el único país que tenemos. En su nombre y gracias a él, los judíos en todo el mundo pueden sentirse seguros. Ellos saben que siempre tendrán un lugar adónde ir si lo necesitan. Por eso, no podemos ser condescendientes.

Comments:
No deberían haber árabes con ciudadanía israelí. Son parásitos que se aprovechan de los derechos que le otorga la democracia israelí para vivir comodamente en un país desarrollado mientras al mismo tiempo ayudan a los terroristas y se autoproclaman palestinos. Si tanto quieren a sus hermanos de Gaza, que se vayan a vivir allí y se dejen de joder. Sin la existencia de esos árabes que son una quinta columna para Israel (como si no tuviéramos enemigos!), el Estado judío estaría mucho mejor.

TRANSFER YA!
 
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