15 noviembre 2007

 

Carta a una superviviente de Auschwitz.

Carolina Jaimes Branger escribe un emotivo artículo dedicada a su amiga Trudy Spira, superviviente del campo de exterminio Auschwitz.

Hace 69 años, durante la noche del 9 al 10 de noviembre, las SS, organización militar y de seguridad del partido nazi, arrestaron, destrozaron las casas, sinagogas y comercios de miles de judíos y asesinaron a casi un centenar de ellos en Alemania y Austria. "La noche de los cristales rotos" como se le conoce, marcó el inicio del Holocausto.

Los antecedentes tuvieron lugar doce días antes, el 28 de octubre de 1938, cuando más de veinte mil judíos polacos que residían en Alemania, sin aviso y sin protesto, fueron secuestrados y llevados de regreso a Polonia. El Gobierno polaco se rehusó a recibirlos, a pesar de que eran polacos. Esto causó un forcejeo entre ambos gobiernos, y mientras esto sucedía, los prisioneros sufrieron terribles violaciones a sus derechos humanos.

Herschel Gryszpan, un judío alemán residente en París, conoció los horrores que su familia estaba sufriendo y se dirigió repetidas veces a la Embajada de Alemania para hablar con el secretario, Ernst von Rath, y rogarle que interviniera. Pero Von Rath no tenía la más mínima intención de intervenir. El 7 de noviembre, Gryszpan, desesperado, le disparó a Von Rath, quien murió la tarde del 9. Su muerte fue asumida por los nazis como la excusa para irrumpir en los hogares y negocios de todos los judíos. El NSDAP, partido nacionalsocialista del Gobierno, actuó, como muchas otras veces, como ejecutor de las órdenes del Gobierno y mampara de sus atrocidades.

La "historia oficial" de los nazis dijo que los ataques habían sido espontáneos. En el mundo entero se supo que no había sido así, pero fue poco lo que se hizo. En los regímenes totalitarios es frecuente y relativamente fácil que ocurran este tipo de aberraciones, porque es el gobierno quien "paga y se da el vuelto". Hace las cosas y culpa a otros. Las versiones oficiales que dan los ministros y voceros de los hechos van de lo irracional hasta lo imposible, pasando por lo absurdo, lo ridículo, lo humillante, lo despreciable, lo cínico, lo asqueroso¿

Hay que recordar para que estos horrores sucedan ¡nunca jamás! Tristemente, todavía en pleno siglo XXI constatamos que ese "¡nunca jamás!" no está en las mentes y en los corazones de todos.

Comments:
60 años después del Holocausto, sigue habiendo antisemitismo. El mundo no aprendió nada, en especial Europa.
 
Cada una de las historias terroríficas tienen a personas detrás, personas que sufrieron hasta límites inconcebibles, la lectura de la vida de estas personas es un dolor que penetra hasta la médula. Una memoria que nunca, nunca, nunca debe borrarse.
 
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