01 marzo 2007

 

Las fotografías no premiadas.

Mi amigo Andrés me manda el último artículo de Julián Schvindlerman en el que critica la falta de ética en el trato que se da a Israel y el trato de favor que recibe el mundo árabe.

A mediados de febrero fue publicado mundialmente el resultado del certamen World Press Photo 2007, posiblemente el más prestigioso de su clase, cuya edición número 50 acababa de completarse. En el mismo participaron 4460 fotógrafos de 124 países que presentaron 78.083 imágenes, de las cuáles el jurado galardonó tan solo a 60 de ellas y en donde solamente una recibió el premio principal como la mejor foto del año que terminó. ¿Y adivine sobre que trató la foto ganadora de este hipercompetitivo concurso global? Por supuesto, sobre la infinita maldad israelí. La mejor fotografía del 2006 fue aquella que retrató la devastación de Beirut luego de los bombardeos israelíes durante la última guerra en El Líbano.

El jurado, presidido por una editora del New York Times e integrado por fotógrafos profesionales, editores de imagen y representantes de agencias de prensa de varios países, definió diez categorías diferentes las que a su vez estaban subdivididas en dos secciones. De las seis categorías relevantes a los propósitos de este artículo, en cuatro de ellas hubo fotografías premiadas referentes a Israel. De esas cuatro categorías, en tres de ellas los primeros premios fueron para fotos que abordaban temática sobre Israel. En la única categoría en la que Israel estuvo presente sin haber obtenido el primer premio, la mitad de las fotografías seleccionadas eran relativas a ella. A su vez, una de las dos únicas fotografías receptoras de una "mención de honor" era sobre Israel. En otras palabras, de un total de 38 imágenes galardonadas en las categorías relevantes a asuntos políticos actuales, siete de ellas referían a Israel. Quiere decir que casi una quinta parte de estas fotos destacadas -previamente seleccionadas de entre más de 78.000 fotografías presentadas desde los cuatro puntos cardinales- estaban vinculadas al estado judío.

Esto nos muestra, una vez más, la atención desproporcionada que recibe Israel en nuestro planeta y su mala imagen a escala global. Invariablemente, las únicas dos situaciones retratadas en las fotografías en cuestión eran mayoritariamente sobre los estragos derivados de la incursión israelí a El Líbano y, en menor medida, sobre la retirada israelí de la Franja de Gaza. Ciertamente hubo fotos galardonadas que abordaron otras y muy diversas temáticas contemporáneas también: desde la violencia contra la mujer en Guatemala hasta la crisis humanitaria del Sudán, y desde las protestas en Nepal hasta la injusticia social en México. Incluso un tercer premio en una de las categorías fue para una imagen del asesinato a sangre fría de un palestino acusado de colaboración con las autoridades israelíes, efectuado por militantes palestinos en la vía pública.

Aún así, no deja de llamar la atención que tantos premios en tan variadas categorías hayan sido reservados para Israel y su presunta violencia. Los temas subyacentes en las fotografías relativas a Israel son los clásicos del género: el uso desproporcionado de su fuerza militar y la victimización árabe (los libaneses parecen haber desplazado a los palestinos en este caso). El foco está puesto en el sufrimiento libanés, y aquí advertimos una acentuada selectividad. Dejando de lado la inexistencia de fotos premiadas a propósito del daño y las muertes provocadas por los más de 4000 misiles disparados por Hizbollah contra los israelíes en 33 días, es dable recordar que durante la misma guerra terroristas del Hizbollah usurparon hogares de civiles indefensos libaneses para instalar plataformas lanza-misiles y los usaron como escudos humanos ante la esperada represalia israelí. Más no hubo fotos galardonadas sobre este acto de barbarie (asumiendo que algún fotoperiodista se haya molestado en tomarlas).

Es más, precisamente el año pasado -es decir, durante el período cubierto por el certamen- más de 600 palestinos fueron asesinados en Bagdad solamente y otros 100 fueron secuestrados y no se sabe nada de ellos. Los perpetradores son milicianos chiítas que resienten el buen trato brindado a éstos por Saddam Hussein. Conforme al relato de testigos, chiítas extremistas detienen en la calle a transeúntes y les exigen sus documentos de identidad, si comprueban que se trata de un palestino lo fusilan inmediatamente. Esta persecución ha fomentado un éxodo palestino de Irak hacia Siria y Jordania, países que han impuesto fuertes restricciones al ingreso de refugiados, dejando a muchos de ellos atascados en la frontera en condiciones crueles e inhumanas según el Jerusalem Post. Quizás haya sido difícil para un fotógrafo captar el momento exacto de las matanzas. ¿Pero por qué razón no hemos visto una sola foto de estos miserables palestinos perseguidos por chiítas iraquíes y abandonados sin misericordia en tierras de nadie por los alawitas sirios y sunitas jordanos? ¿Por qué tiene uno la sospecha que de haber sucedido esto mismo en el West Bank hubiéramos visto incontables testimonios visuales de la tragedia, dentro y fuera del marco de concursos fotográficos? (Con galardones, desde ya). Este certamen viene desarrollándose casi anualmente desde 1955. En tres oportunidades anteriores la foto del año estuvo referida a los palestinos: en 1976 (imagen de refugiados palestinos en Beirut), en 1982 (masacre de palestinos en Sabra y Shatila), y en 1993 (niños palestinos blandiendo armas de juguete en Gaza). ¿Por qué su dolor no ha quedado documentado en imágenes masivamente distribuidas esta vez? ¿Podría ser que el sufrimiento de los palestinos sea ignorado cuando éste no pueda ser directa o indirectamente vinculado a Israel?

En su website, World Press Photo explica sobre el concurso que "éste ofrece un panorama de cómo los fotógrafos lidian con su trabajo en todo el mundo y de cómo la prensa nos da las noticias, juntando fotos de todas partes del globo para reflejar tendencias y desarrollos en el fotoperiodismo". A la luz de esta selección, parece que tales tendencias y desarrollos son muy evidentes.

Comments:
¿Daniel, sabes donde escriben habitualmente Julián Schvindlerman y Marcelo Birmajer?

Me interesaría acceder directamente a sus artículos o ensayos recientes. Hablo de prensa, ojo.

Saludos y te he colocado otro artículo sobre Mugrhabi.
 
José Antonio: A mi me llegan los artículos del señor Schvindlerman porque él me los manda personalmente por e-mail. Te doy la dirección para que le pidas a Julián que te mande sus artículos: julianschvindlerman@hotmail.com

Saludos
 
En Libertad Digital (.com) suelen publicar artículos suyos, así como en su suplemento de Exteriores. También los puedes encontrar en Gentiuno (.com) o en Hagshama (.org). Lo mejor es como dice Andrés mandar un correo para que te lleguen sus artículos al instante. Yo también recibo en el correo los artículos de Pilar Rahola y Daniel Pipes.
 
Corroboro lo ya expuesto.
Tanto Julián como Pilar son muy cercanos, si te acercas a ellos, ellos te contestan y te envían sus artículos y hasta más cosas.

José Antonio, si te gusta mucho cómo escribe Marcelo Birmajer, tengo en mi poder algo que es imposible encontrar en Interner, es referente a su extenso artículo en el libro "En Defensa de Israel" publicado por la Editorial Certeza hace ya unos 3 o 4 años. Es muy buen artículo, como todos los del libro.
 
Gracias por el ofrecimiento Yvel, tras mucho buscar al principio compré mi ejemplar de en "Defensa de...". Ya se sabe, el pensamiento único.

La verdad es que me refería, tanto para Julián Schvindlerman como para Marcelo Birmajer, de publicaciones periódicas, algún periódico, página web argentina o inclusive sus propios blog.

Conozco los publicados en LD y Hagsham, y tb. sus colaboraciones en la revista Horizonte, que os la recomiendo exhaustivamente para quién no la conozca aún.

Echaré un vistazo a Gentiuno. No me gusta importunar demasiado a nadie directamente sí puede ser evitable.

Saludos y Daniel, ¿para cuando las fotos de Safed?
 
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