09 febrero 2007
La prueba de las intenciones de Siria.
Shlomo Ben-Ami analiza para el periódico israelí de izquierdas Haaretz, las posibilidades de paz entre palestinos e israelíes, y la aplicación de la Hoja de Ruta.
Contener su respiración a la luz del último viaje de paz a Oriente Medio de la Secretaria de Estado estadounidense Condoleezza Rice o el encuentro del Cuarteto mañana no es recomendable. El Presidente de EEUU George W. Bush necesitó seis años para entender que sin un acuerdo árabe-israelí, una alianza de los moderados en la región no tiene futuro. Pero la ofensiva de paz de Rice viene demasiado tarde para un presidente sitiado en su casa y en el extranjero. Y si este último esfuerzo no se frustra por la perspectiva equivocada que lo motiva, se derrumbará ante la anarquía en la Autoridad Palestina y la debilidad del gobierno israelí.
El Hoja de Ruta en su forma actual posiblemente no pueda ofrecer una perspectiva política realista. Éste es el caso aun cuando la debilidad política de ambos lados es ignorada y se renuncia a la primera fase, que le exige a los palestinos que desmantelen la infraestructura terrorista y a Israel destruir los puestos de avanzada ilegales.
El encuentro del Cuarteto no podrá ignorar la oposición instransigente de los palestinos a la segunda fase de la Hoja de Ruta que requiere un estado palestino dentro de "fronteras temporales". La posición palestina no es completamente ilógica; el esfuerzo y el precio político exigidos para trazar los límites de un estado temporal son tales que es mejor invertirlos en uno permanente. Aun cuando los palestinos acepten las fronteras temporales, es dudoso si Israel podrá enfrentar las condiciones subsiguientes: congelamiento completo de toda construcción en los asentamientos bajo la estrecha supervisión internacional y la pavimentación de un camino en el área entre la frontera temporal y la línea de 1967, incluso Jerusalén Oriental.
La Hoja de Ruta, entonces, está desensanblándose: ninguna primera fase y ninguna segunda fase, sino un salto directo e inmediato al acuerdo de estatus final.
¿Pero alguien que no pudo manejar la evacuación de un solo puesto de avanzada en el curso de un año puede tomar decisiones históricas sobre fronteras, refugiados, Jerusalén y sitios sagrados? ¿Qué oportunidad tiene el gobierno de adoptar un acuerdo sobre estrategia política cuándo cuatro de sus ministros importantes han sugerido, cada uno de ellos, diferentes planes de paz durante sus reuniones con Rice? ¿Y el liderazgo de la Autoridad Palestina que está al borde de la guerra civil podrá igual atreverse a considerar el desmantelamiento de la infraestructura terrorista, podrá tomar el riesgo de los compromisos implícitos en un acuerdo con Israel? No hay ninguna alianza de los moderados; nosotros debemos esforzarnos por un trato que los extremistas acepten, para que la sociedad palestina no se deteriore en una guerra omnímoda.
Si hay una oportunidad que la Guerra de los Seis Días, que ha continuado durante 40 años, no entre en su jubileo, entonces este proceso desesperado debe empezar por el final, viniendo con un claro y detallado perfil para el acuerdo de estatus final y trabajando hacia atrás las fases de aplicación, bajo la vigilancia internacional.
El reflejo israelí es descartar de plano cualquier esfuerzo por internacionalizar una solución al conflicto. Pero no hay elección. ¿Si Yasser Arafat, con su incontrastable autoridad revolucionaria, no pudo acordar un compromiso histórico sobre los problemas del corazón del conflicto a menos que fuera hecho con la intervención internacional, entonces querrá un líder como Mahmoud Abbas, que está jadeando por oxígeno político y está sujeto a un asedio violento por la mayoría democrática controlada por Hamas, hacer los compromisos necesarios, sobre todo en temas como el derecho al retorno, sin la legitimidad y protección de un paraguas internacional e inter-árabe?
La iniciativa de paz inter-árabe de 2002 que el primer ministro de Israel alabó en su discurso en Sde Boker, que llama a una solución regional al conflicto ahora e intenta resolverlo a través de negociaciones bilaterales ha fallado. En esta iniciativa, la Liga Árabe asió el monopolio sobre la decisión de acabar el conflicto de los palestinos y lo pasó a un foro internacional. Internacionalizar la solución es también la única oportunidad para fortalecer a los moderados y aislar completamente a Hamas, si no acepta las condiciones del acuerdo.
El mundo árabe está gritando por un acuerdo árabe-israelí no debido a un afecto súbito por Israel, sino porque ve semejante movimiento como una manera de frenar al islam radical y detener la propagación del régimen chiita bajo el patrocinio iraní.
Si Rice y los miembros del Cuarteto son incapaces de cortar el nudo Gordiano del conflicto palestino-israelí, en lugar de continuar la tarea Sisypheana de desatarlo, ellos están mejor para decidir sobre qué pasos tomar para que puedan correrse inmediatamente a una tarea de paz sirio-israelí. Semejante movimiento tendría un efecto sin precedentes en crear las condiciones para la maduración de un acuerdo palestino-israelí.
Pero hay otro fracaso en la estrategia estadounidense, que asume que Siria debe aislarse en lugar convertirse en un socio de la negociación, como el informe Baker-Hamilton recomienda. Lo que está en la balanza, un orden regional más funcional, estabilidad en Líbano y una escisión del eje Damasco-Teherán, es demasiado importante para Israel y los EEUU para seguir negándose a poner a prueba las intenciones de Bashar Assad con respecto a la paz.
No hay ninguna necesidad de reinventar la rueda para resolver el problema en el frente palestino o en el frente sirio. En ambos casos, la solución es ya conocida. El problema es la falta de voluntad política y el fracaso del liderazgo en ambos lados.
# posted by Daniel @ 5:12 p. m. 
Comments:
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Bienvenido Daniel,
Te echamos de menos, espero que tu estancia en Eretz Israel haya sido maravillosa.
Abrazos
Te echamos de menos, espero que tu estancia en Eretz Israel haya sido maravillosa.
Abrazos
Toda Raba javer. He disfrutado como nunca en mi vida. Se me ha hecho muy corto pero si D"s quiere volveré en diciembre.
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