14 enero 2007

 

No es el momento de la paz en Oriente Medio.

Clifford D. May, antiguo corresponsal del New York Times y presidente de la Fundación por la Defensa de las Democracias, asegura que a pesar de los numerosos intentos por resolver el conflicto árabe-israelí, la posibilidad de resolverlo sigue siendo muy baja, habida cuenta del odio que los grupos terroristas palestinos y las dictaduras árabes profesan al Estado de Israel.

Resolver el conflicto árabe-israelí sería algo maravilloso. Pero la realidad nos dice que por más de medio siglo, todos los presidentes americanos han intentado encontrar una fórmula mágica que trajese paz a los diminutos territorios situados entre el mar Mediterráneo y el río Jordán. Y todos los presidentes americanos han visto sus intentos hundidos en el fracaso.

Nadie lo intentó con más brío que Bill Clinton quien, al final, fracasó por esta simple razón: El entonces líder palestino Yasser Arafat no podía aceptar la idea de coexistir con Israel. Y, para ser justos, si Arafat hubiese hecho las paces con el estado judío, casi seguro habría corrido la misma suerte que Anwar Sadat, el presidente egipcio que se reconcilió con Israel y al poco tiempo fue asesinado por militantes islamistas.

Hace casi 5 años, George W. Bush anunció que ayudaría a la creación de un estado palestino tan pronto como fuera posible. Su única exigencia: No deberá ser un estado terrorista. Posteriormente, los palestinos escogieron a Hamás, una organización terrorista, para que los liderara.

Resolver el conflicto árabe-israelí sería algo maravilloso. Pero no va a suceder en mucho tiempo. Y no puede ser un condicionante para solventar la exasperante situación en Irak.

Artículo completo.

Comments:
Podría entender que los árabes quieran borrarnos del mapa. Pero, ¿Es que realmente pretenden que cooperemos con ellos en eso?

La paz llegará cuando los árabes amen más a sus hijos de lo que nos odian a nosotros.
 
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